Cómo limpiar la freidora de aire: paso a paso para mantenerla como nueva durante más tiempo

El primero paso y uno de los más importantes es desenchufar la freidora. De esta forma, podrás manipular con seguridad el electrodoméstico. Si la has usado recientemente mejor déjala enfriar por completo antes de manipularla.

Extrae los accesorios de la freidora de aire para poder lavarlos en el fregadero. Si tu freidora es apta para lavavajillas puedes introducir los accesorios como la cesta o la sartén dentro. Pero siempre lee antes las instrucciones para saber si es adecuado o no.

¡Comienza el proceso de limpieza! Añade agua en la cesta. No hace falta que llenes hasta arriba el recipiente. Simplemente con un poco basta. Esta agua te servirá para enjuagar bien el accesorio una vez añadas el jabón. Recuerda que es mejor echar agua tibia.

Una vez hayas enjuagado bien a mano los accesorios de la freidora, toca pasar con cuidado un estropajo. Hazlo siempre con la parte suave para no rayar nada. De lo contrario, podrías estropear la cesta de la freidora y no es recomendable.

Hay algunas recetas que pueden dejar más suciedad que otras, incluso aunque utilices el clásico papel de horno. Si ha quedado alguna suciedad incrustada en la cesta o en la bandeja, pasa un cepillo de cerdas suaves. Haz movimientos envolventes con la ayuda también de agua y jabón líquido. Retira bien el jabón que haya quedado en la cesta y también el agua y seca.

Para limpiar a fondo la freidora puedes apostar por bicarbonato. Limpiar con bicarbonato es un acierto gracias a que no contamina ni daña las superficies. Además, quita los olores y elimina manchas. Para usarlo, mezcla agua y bicarbonato hasta que quede una pasta como la que se ve en la imagen.

En el caso de que notes un exceso de suciedad, un buen truco es pasar un cepillo con bicarbonato por aquellas zonas más conflictivas (como se ve en la imagen). Con la ayuda de un cepillo pequeño restriega de forma suave sobre la suciedad para eliminarla. Retira la pasta de bicarbonato con un poco de agua y jabón.

Antes de terminar, toca limpiar la zona de la rejilla de la freidora. Voltea con cuidado a la freidora de aire para que sea más cómoda la limpieza. Haz el proceso de limpieza con la ayuda de un paño suave y retira la suciedad. En el caso de que notes que hay bastante grasa puedes usar el mismo método del bicarbonato en esta zona. 

Un consejo: llenar en exceso la freidora de aire conseguirá que tengas que limpiar la rejilla y el calefactor en bastantes ocasiones. Para evitarlo, asegúrate de que la cantidad de alimentos que cocines no exceda la cantidad recomendada.

¡Y listo! Ahora que ya tienes la freidora de aire limpia y como nueva ya puedes volver a utilizarla. Es recomendable ser constantes con la limpieza para que no tengas que dedicarle mucho tiempo y tampoco se estropee este pequeño electrodoméstico.

Además de estos consejos, es importante que siempre sigas las instrucciones de limpieza y cocinado que recomiendan los fabricantes.

La clave reside en varios factores. El primero, utilizar un papel de horno cuando vayas a cocinar alimentos grasos. Así será más fácil que la suciedad se quede en el papel y no en las paredes de la cesta de la freidora. El segundo, su mantenimiento. Es importante que tras el uso (y siempre que esté desenchufada y fría) laves bien los accesorios de la freidora.

En definitiva, mantener los componentes de la freidora libre de suciedad y mugre te asegurará una mejor experiencia de cocción. Y por supuesto, que tus recetas salgan más crujientes y deliciosas que nunca.